lunes, 9 de febrero de 2015

PROCESOS DEL METABOLISMO



CATABOLISMO y ANABOLISMO

 



Son los procesos donde las células descomponen o “degradan” las macromoléculas de carbohidratos, grasas y proteínas y las transforman en sustancias más simples. De esa forma se libera la energía almacenada en ellas y puede utilizarse como combustible para realizar las distintas funciones orgánicas como, por ejemplo, mantener la temperatura normal del cuerpo, respirar o caminar. Las sustancias simples producidas por el catabolismo (dióxido de carbono, urea, amoníaco, etc.) son eliminadas del organismo por los riñones, los intestinos, los pulmones y la piel. La energía obtenida se almacena como ATP. El catabolismo, o metabolismo destructivo, cumple entonces con dos propósitos:
1.- Liberar energía útil para las reacciones de síntesis de nuevas moléculas (anabolismo).
2.- Aportar materia prima para las reacciones anabólicas.
Muchas de las grandes moléculas que se degradan en el catabolismo han sido elaboradas previamente en el propio organismo por procesos anabólicos. Es así que las células funcionan como un gran juego de elementos, donde se rompe lo que había sido construido previamente para poder utilizar esas mismas piezas en la elaboración de algo nuevo.
Las reacciones anabólicas y catabólicas son procesos que suceden en forma simultánea. El catabolismo libera energía. El anabolismo utiliza esa energía para la construcción o síntesis de proteínas y ácidos nucleicos necesarios para las células. Cuando la actividad anabólica supera al catabolismo, los organismos crecen y ganan peso. Si las reacciones catabólicas son mayores que las anabólicas el organismo se deteriora y pierde peso, por ejemplo en las enfermedades o en ayunos prolongados. Luego de la ingestión de alimentos hay un aumento del anabolismo sobre el catabolismo, habida cuenta del aumento de glucosa (energía) que hay en la sangre.
En las primeras etapas de la vida predomina el anabolismo sobre el catabolismo. En el envejecimiento ocurre lo contrario. Cuando no hay supremacía entre anabolismo y catabolismo, se dice que el organismo se mantiene en equilibrio dinámico.





ANABOLISMO






 Son las reacciones químicas de la célula cuyo objetivo fundamental es la síntesis (construcción o elaboración) de sustancias complejas a partir de sustancias más simples. El anabolismo se comporta como un metabolismo constructivo o positivo, ya que es fundamental para el mantenimiento de todos los tejidos y para el crecimiento de células nuevas. Por otra parte, se obtiene energía de reserva para ser utilizada cuando sea necesario. Las reacciones anabólicas transforman las moléculas simples y de bajo peso molecular en macromoléculas nutritivas como los hidratos de carbono, los lípidos o grasas, las proteínas y los ácidos nucleicos. Por lo tanto, como el anabolismo cumple una típica fase “biosintética”, requiere de energía que es proporcionada por el adenosin trifosfato (ATP), sustancia de alto contenido energético. Durante el crecimiento de animales y vegetales se realizan importantes procesos anabólicos.
Y será el propio metabolismo el que decidirá qué sustancias son nutritivas para sí y cuales no lo son y por supuesto esto será distinto para cada variante del metabolismo. Por ejemplo, esto se explica en lo que comúnmente se dice cuando una persona come un chocolate y le hace tremendamente mal; en cambio para otra persona el ingerir ese mismo chocolate, no le ocasiona ningún perjuicio.
Por consiguiente, es entendible reconocer que existen diferencias marcadas en el metabolismo en los organismos vivos. Así, se definen diferencias interespecíficas, esto es, entre las distintas especies. Por ejemplo, los bovinos pueden digerir la celulosa e incorporarla como nutriente con aporte de calorías; en cambio, los seres humanos no contamos con la enzima necesaria para este proceso, por lo que la celulosa es excretada tal como fue ingerida y nos brinda energía. De igual modo, se describen diferencias individuales, entre distintas personas, como citábamos con el ejemplo del chocolate. Allí influyen factores genéticos, étnicos e incluso culturales.
Respecto del estudio del metabolismo, se lo define como muy vasto y se remonta a más o menos 400 años atrás, siendo el producto de numerosos aportes a la materia que hicieron médicos, científicos, físicos y químicos. El médico Santorio Santorio en el siglo XVII fue el primero en experimentar consigo mismo pesándose antes y después de comer, dormir, tener relaciones sexuales, excretar, trabajar, descubriendo que la mayor parte de la comida que ingería la perdía en ocasión de la transpiración insensible. A este le siguieron distintos esfuerzos que fueron haciendo otras personalidades como Luis Pasteur, Friedrich Wöhler y Eduard Buchner, entre otros.
Metiéndonos ya en el funcionamiento propio del metabolismo, se descubre que la mayor parte de las estructuras que conforman a los animales, plantas y animales pertenecen a los tres tipos de moléculas básicas que son esenciales para la vida: aminoácidos, lípidos y glúcidos. Entonces, ateniendo a esta situación de importancia excluyente, lo que hará el metabolismo es sintetizar a las moléculas en la construcción de células y tejidos o degradarlas, para utilizarlas como recurso energético a la hora de la digestión. En este sentido, es fundamental reconocer una gran diferencia en el metabolismo de los vegetales en comparación con lo ocurrido con los animales y los hongos. Las plantas incluyen en su metabolismo una etapa de anabolismo denominada fotosíntesis, en la cual son capaces de acumular la energía lumínica del sol en forma de energía química, al sintetizar glúcidos a partir de materia inorgánica (agua y dióxido de carbono). Los hongos y los animales carecen de esa capacidad, por lo cual sólo pueden incorporar nutrientes elaborados para ser destinados a sus procesos de anabolismo (síntesis de moléculas propias) y catabolismo (liberación de energía y eliminación de desechos).
Algunos consejos para activar el metabolismo son similares a los de cualquier tipo de afección o trastorno alimentario: realizar ejercicio físico, preferentemente por la mañana y una dieta balanceada repartida en varias veces durante el día. Pese a que algunos aspectos del metabolismo no son corregibles, como su componente genético, muchos otros son al menos modificables, por lo cual la nutrición correcta y la actividad física pueden asociarse con cambios notables y redituables cuando se aplican de modo recurrente, sistemático y con el correcto asesoramiento científico y profesional.






















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