CATABOLISMO y ANABOLISMO
Son los procesos donde las células descomponen o “degradan” las macromoléculas de carbohidratos, grasas y proteínas y las transforman en sustancias más simples. De esa forma se libera la energía almacenada en ellas y puede utilizarse como combustible para realizar las distintas funciones orgánicas como, por ejemplo, mantener la temperatura normal del cuerpo, respirar o caminar. Las sustancias simples producidas por el catabolismo (dióxido de carbono, urea, amoníaco, etc.) son eliminadas del organismo por los riñones, los intestinos, los pulmones y la piel. La energía obtenida se almacena como ATP. El catabolismo, o metabolismo destructivo, cumple entonces con dos propósitos:
1.- Liberar energía útil
para las reacciones de síntesis de nuevas moléculas (anabolismo).
2.- Aportar materia prima para las reacciones anabólicas.
2.- Aportar materia prima para las reacciones anabólicas.
Muchas de las grandes
moléculas que se degradan en el catabolismo han sido elaboradas previamente en
el propio organismo por procesos anabólicos. Es así que las células funcionan
como un gran juego de elementos, donde se rompe lo que había sido construido
previamente para poder utilizar esas mismas piezas en la elaboración de algo
nuevo.
Las reacciones anabólicas y
catabólicas son procesos que suceden en forma simultánea. El catabolismo libera
energía. El anabolismo utiliza esa energía para la construcción o síntesis de
proteínas y ácidos nucleicos necesarios para las células. Cuando la actividad
anabólica supera al catabolismo, los organismos crecen y ganan peso. Si las
reacciones catabólicas son mayores que las anabólicas el organismo se deteriora
y pierde peso, por ejemplo en las enfermedades o en ayunos prolongados. Luego
de la ingestión de alimentos hay un aumento del anabolismo sobre el
catabolismo, habida cuenta del aumento de glucosa (energía) que hay en la
sangre.
En las primeras etapas de la vida predomina el anabolismo sobre el catabolismo. En el envejecimiento ocurre lo contrario. Cuando no hay supremacía entre anabolismo y catabolismo, se dice que el organismo se mantiene en equilibrio dinámico.
En las primeras etapas de la vida predomina el anabolismo sobre el catabolismo. En el envejecimiento ocurre lo contrario. Cuando no hay supremacía entre anabolismo y catabolismo, se dice que el organismo se mantiene en equilibrio dinámico.
ANABOLISMO
Son las reacciones químicas de la célula cuyo objetivo
fundamental es la síntesis (construcción o elaboración) de sustancias complejas
a partir de sustancias más simples. El anabolismo se comporta como un
metabolismo constructivo o positivo, ya que es fundamental para el
mantenimiento de todos los tejidos y para el crecimiento de células nuevas. Por
otra parte, se obtiene energía de reserva para ser utilizada cuando sea
necesario. Las reacciones anabólicas transforman las moléculas simples y de
bajo peso molecular en macromoléculas nutritivas como los hidratos de carbono,
los lípidos o grasas, las proteínas y los ácidos nucleicos. Por lo tanto, como
el anabolismo cumple una típica fase “biosintética”, requiere de energía que es
proporcionada por el adenosin trifosfato (ATP), sustancia de alto contenido
energético. Durante el crecimiento de animales y vegetales se realizan
importantes procesos anabólicos.
Y
será el propio metabolismo el que decidirá qué sustancias son nutritivas para
sí y cuales no lo son y por supuesto esto será distinto para cada variante del
metabolismo. Por ejemplo, esto se explica en lo que comúnmente se dice cuando
una persona come un chocolate y le hace tremendamente mal; en cambio para otra
persona el ingerir ese mismo chocolate, no le ocasiona ningún perjuicio.
Por
consiguiente, es entendible reconocer que existen diferencias marcadas en el
metabolismo en los organismos vivos. Así, se definen diferencias
interespecíficas, esto es, entre las distintas especies. Por ejemplo, los
bovinos pueden digerir la celulosa e incorporarla como nutriente con aporte de
calorías; en cambio, los seres humanos no contamos con la enzima necesaria para
este proceso, por lo que la celulosa es excretada tal como fue ingerida y nos
brinda energía. De igual modo, se describen diferencias individuales, entre
distintas personas, como citábamos con el ejemplo del chocolate. Allí influyen
factores genéticos, étnicos e incluso culturales.
Respecto
del estudio del metabolismo, se lo define como muy vasto y se remonta a más o
menos 400 años atrás, siendo el producto de numerosos aportes a la materia que
hicieron médicos, científicos, físicos y químicos. El médico Santorio Santorio
en el siglo XVII fue el primero en experimentar consigo mismo pesándose antes y
después de comer, dormir, tener relaciones sexuales, excretar, trabajar,
descubriendo que la mayor parte de la comida que ingería la perdía en ocasión
de la transpiración insensible. A este le siguieron distintos esfuerzos que
fueron haciendo otras personalidades como Luis Pasteur, Friedrich Wöhler y
Eduard Buchner, entre otros.
Metiéndonos
ya en el funcionamiento propio del metabolismo, se descubre que la mayor parte
de las estructuras que conforman a los animales, plantas y animales pertenecen
a los tres tipos de moléculas básicas que son esenciales para la vida:
aminoácidos, lípidos y glúcidos. Entonces, ateniendo a esta situación de
importancia excluyente, lo que hará el metabolismo es sintetizar a las
moléculas en la construcción de células y tejidos o degradarlas, para
utilizarlas como recurso energético a la hora de la digestión. En este sentido,
es fundamental reconocer una gran diferencia en el metabolismo de los vegetales
en comparación con lo ocurrido con los animales y los hongos. Las plantas incluyen
en su metabolismo una etapa de anabolismo denominada fotosíntesis, en la cual
son capaces de acumular la energía lumínica del sol en forma de energía
química, al sintetizar glúcidos a partir de materia inorgánica (agua y dióxido
de carbono). Los hongos y los animales carecen de esa capacidad, por lo cual
sólo pueden incorporar nutrientes elaborados para ser destinados a sus procesos
de anabolismo (síntesis de moléculas propias) y catabolismo (liberación de
energía y eliminación de desechos).
Algunos
consejos para activar el metabolismo son similares a los de cualquier tipo de
afección o trastorno alimentario: realizar ejercicio físico, preferentemente
por la mañana y una dieta balanceada repartida en varias veces durante el día.
Pese a que algunos aspectos del metabolismo no son corregibles, como su
componente genético, muchos otros son al menos modificables, por lo cual la
nutrición correcta y la actividad física pueden asociarse con cambios notables
y redituables cuando se aplican de modo recurrente, sistemático y con el
correcto asesoramiento científico y profesional.
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